Tres días después del nacimiento de María llegó mi primera carrera estrenando y defendiendo título de PAPÁ. Fue la Media Maratón de Almería, corríamos en casa, ante un inusual frío y sin apenas haber dormido (la niña extrañaba su nuevo hábitat) nos plantamos en la líneas de salida.
La carrera se convirtió para mí en un suplicio desde el principio y no terminé por encontrarme cómodo en ningún momento. Así sufriendo llegué a las puertas del estadio y encaré los últimos metros y crucé la línea de meta en 1h 42 min con el dedo metido en la boca, para dedicarle la carrera a mi hija.
Con respecto a mi tío, comentaros que se salió como en él es habitual y paró el crono en 1h 29 min (récord personal)
Sirvan desde aquí éstas líneas como mi enésimo homenaje y para transmitirte la profunda admiración que siento por tu envidiable calidad atlética.
